Medio ambiente y sostenibilidad son dos términos cada vez más importantes. Dos palabras con un claro significado, pero cuya materialización se ha convertido en un símbolo del avance de la sociedad. Un compromiso tangible que ha venido de muchos agentes sociales y en el que el papel empresarial ha sido clave. Un rol que, sin ninguna duda, permite contribuir de manera notable en la lucha contra el cambio climático, uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos de manera global.
Una tarea en la que el concepto de economía circular ha tenido mucho que decir al otorgar una segunda vida para muchos residuos de materiales con un origen biológico. De hecho, son varios los sectores que ya han protagonizado este cambio de tendencia. Una inercia que ha contado con el liderazgo del sector de la construcción.
Un dato que viene avalado por los resultados que ha publicado recientemente el Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas). A través de su estudio, se concluye que los residuos agrícolas son actualmente un elemento clave para todo lo relativo al proceso de fabricación de aislamiento térmico y acústico. Hay muchos ejemplos de este avance, pero, sin ninguna duda, las fibras naturales, la cáscara de arroz y el corcho ocupan un papel relevante.
Un desarrollo que tiene mucho que ver con el respeto de las compañías por el entorno y por la reducción de su huella ambiental, ya que al introducir estos materiales en la cadena productiva, se consigue reducir la polución de una manera directa. El avance contribuye, además, a la sostenibilidad del sector gracias al elevado grado de eficiencia que muestran estos materiales, tanto a la hora de absorber el sonido como en cuestión de aislamiento térmico.
De hecho, las pruebas elaboradas por el Instituto Tecnológico del Plástico demuestran que la estructura tubular hueca de las fibras naturales proporciona mejores propiedades en esta materia.
En este punto, destacan las fibras de kenaf y cáñamo, las cuales presentan una baja densidad y sus propiedades de aislamiento acústico son similares a las de los materiales convencionales, aunque con mejores resultados en la absorción de bajas frecuencias. El mejor ejemplo de esta cualidad es la cáscara de arroz, la cual se ha convertido en una buena solución para el desarrollo de paneles, pero también el corcho, ya que es uno de los materiales naturales más versátiles que se conoce. Se trata de un material dialéctrico, cuyas propiedades surgen de su estructura de celdas cerradas. Estas cualidades que han permitido su utilización en la fabricación de aislamiento acústico en submarinos y estudios de grabación, así como en paneles interiores en la industria del ferrocarril.
En el caso concreto de la construcción, existes varios ejemplos plenamente asentados, como modelos de fachada con paneles de resina de poliéster instaurado y fibras naturales, sistemas de falsos techos y escritorios con paneles de fibra pasto y resina fenólica o paneles con cáñamo para el aislamiento térmico de casa.
Fuente informativa: EcoConstruccion.
De igual manera, los residuos agrícolas también sirven para alimentar las cada vez más frecuentes calderas de biomasa. Con ellas utilizamos un combustible económico y que no suelta emisiones tóxicas que perjudiquen al medio ambiente. Además de reducir la dependencia de energía procedente de países exteriores y fomentar el empleo local.
¡Un saludo!
Hola Manuel,
Efectivamente, tratamos este tema concreto en un post anterior sobre eficiencia energética y los sistemas de calefacción idóneos para cada vivienda.
Si te interesa, te recomendamos que lo visites en http://blog.fundacionlaboral.org/innovacion/eficiencia-energetica-vivienda-frio/
Un saludo.
Un tema de lo más interesante amigos, el uso de estos productos pueden hacer más amigables nuestras construcciones.
Muy buenas tardes Francisco. Totalmente de acuerdo. Es primordial que los profesionales del sector estén al día de los nuevos materiales y las técnicas constructivas de una arquitectura cada vez más innovadora y sostenible.