Desde hace más de un año, ya es una realidad. Las impresoras 3D han llegado para quedarse en nuestros días, incluso en el sector de la construcción. A continuación nos adentraremos en las funcionalidades de esta nueva herramienta y abordaremos sus usos enfocados a la industria de la construcción.
¿Para qué sirven las impresoras 3D? Sus usos son diversos pero, básicamente, sirven para transforman diseños virtuales en objetos reales a través de procesos de impresión, capa a capa, en el que se utilizan principalmente filamentos plásticos. Más que una impresión es la creación de objetos, sin necesidad de moldes, a través de material fundido que obtiene la forma una vez que solidifica.
Tipología. Las hay de uso doméstico, para imprimir objetos de reducidas dimensiones y su precio oscila entre los 400 y los 2.000€. Las utilizadas en el ámbito industrial, con mayor resolución y mucho más veloces, pueden imprimir piezas de gran tamaño, como las utilizadas en los edificios de los que hablábamos más arriba. Su precio va de los 6.000 a los 100.000€.
Impresoras 3D en formación en el sector de la construcción En nuestros centros de formación ya hemos adquirido las primeras impresoras 3D que nos servirán para nuestros cursos. En Aragón y Extremadura contamos con impresoras 3D que funcionan mediante extrusión de plástico y que son utilizadas para construir piezas a escala con el objetico de generar de maquetas.
Por ejemplo, en la Fundación Laboral de Extremadura ya se trabaja para generar piezas a escala de andamios que servirán para mejorar la compresión de los alumnos de los cursos de montaje de andamios, además servirán para crear modelos 3d del terreno levantados con los drones. En Aragón, ya es utilizada, principalmente, para los cursos de FP impartidos en el centro de Villanueva de Gállego en los que se han generado diferentes piezas y se ha utilizado su software para hacer simulaciones de diseño en 3D o exportar modelos y moldes del programa SketchUp.
Parece increíble; esto de las impresoras 3D en la construcción, no hace muchos años, se veía como algo futurista, solo viable en las películas de ciencia ficción. Lo veo como una buena herramienta de marketing en el sector de las reformas a la hora de crear en 3D los diferentes estados por los que pasa la misma. Desde que se empieza hasta que se acaba. Y colocar dicha transición de esos 3 ó 4 estados al escaparate de la empresa.
Gracias por el artículo 🙂
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