Dubai (Emiratos Árabes Unidos) espera este año con ansia la finalización de las obras del que será el edificio más alto del mundo, el Dubai Creek Tower (1.345 metros de altura).
Una torre inspirada en la flor de lirio y en el tradicional minarete de las mezquitas, cuyo diseño corresponde al arquitecto español Santiago Calatrava (Valencia, 1951), y que superará la altura del Burj Khalifa (2010, 828 metros de altura), hasta ahora la estructura más alta de la que se tiene registro en la historia.
The Tower, como se ha bautizado el edificio, ha contado con un presupuesto de 1.000 millones de euros y completará su construcción a finales de año (para el otoño) tras iniciar sus obras en 2016. El vicepresidente de Emiratos Árabes Unidos y gobernador de Dubai, el jeque Mohamed bin Rashid al Maktum, eligió el diseño del español Santiago Calatrava, entre cinco propuestas de reconocidos arquitectos internacionales.
Según explica el arquitecto español, el rascacielos integra «la tradicional arquitectura islámica, evocando la misma historia que trajo al mundo la Alhambra de Granada y la Mezquita de Córdoba, y elementos de vanguardia, tanto en su diseño como en ingeniería y sostenibilidad». De su estructura, señala que «desafía la gravedad y se convertirá en el nuevo icono global del siglo XXI; elevará la posición de la ciudad como una metrópoli líder del mundo en el futuro».
Según afirma Santiago Calatrava: «La tecnología es el vehículo para desarrollar un edificio que une la belleza, la elegancia y el arte. Los materiales serán de ingeniería moderna, principalmente cristal y cables resistentes, que fijarán la torre con el suelo y cuyo diseño está inspirado en las delicadas nervaduras de las hojas del lirio».
El edificio incorporará un sistema de refrigeración de alta eficiencia con otro de recolección de agua, que se utilizará para limpiar la fachada del edificio. Un delicado trabajo de diseño paisajístico y un sistema integrado de protección solar contribuirán a mejorar su eficiencia energética.
Por las noches, The Tower se iluminará de azul y verde, en homenaje, según un responsable de la empresa constructora, Emaar Properties, «a la positividad, la energía y el optimismo que simboliza Dubái y Emiratos Árabes Unidos gracias a un liderazgo comprometido con el progreso».
El edificio, ubicado a menos de ocho kilómetros de Burj Khalifa y en pleno puerto Dubai Creek, contará con zonas de restauración, miradores con vistas 360 grados y un hotel boutique. Mientras que el complejo Dubai Creek Harbour albergará 200.000 viviendas, casi un millón de metros cuadrados dedicados a centro comercial, una zona reservada para 450 especies animales, así como 700.000 metros cuadrados destinados a parques y espacios abiertos.
Ya queda menos para poder disfrutar de la nueva joya de la corona en el horizonte de los Emiratos.
Fuente: Idealista / ArquitecturayDiseño.com / Santiago Calatrava / Emaar Properties