Esta semana hemos celebrado el Día Mundial de la Eficiencia Energética. Desde 1998, el 5 de marzo viene marcado como un día para recordar la importancia de la eficiencia energética.
Pero aunque han pasado 20 años desde la primera conferencia internacional sobre eficiencia energética, celebrada en Austria en 1998, poco se ha avanzado en este terreno y, según los expertos, estamos aún muy lejos de ser una sociedad eficiente.
Si nos ceñimos a la eficiencia energética en los edificios, en España nos encontramos con que el 84% de sus construcciones son energéticamente ineficientes y son responsables del 31% del consumo de energía.
Basándonos en el estudio realizado por la Alianza Europea de Compañías por la eficiencia energética en los edificios, EuroACE, creada hace 20 años, si nos vamos a Europa, las estadísticas no son más halagüeñas: entre el 70 y el 90% de sus edificaciones consumen gran cantidad de energía y no aprovechan las ventajas de las energías renovables. El 40% del consumo total de energía en Europa corresponde a los edificios.
Desde la Agencia Internacional de la Energía se alerta, además, de que antes de 2050 la demanda global de energía aumentará un 50%. Y ¿qué se puede hacer frente a esto? ¿En qué se está trabajando en estos momentos?
El pasado 31 de enero, desde la Unión Europea se alcanzó un acuerdo para modificar y complementar las medidas previstas en la Directiva 2010/31/UE de Eficiencia Energética de Edificios, así como la legislación europea que regula la eficiencia energética de los productos.
Se persigue una búsqueda de mejora de la eficiencia energética de los edificios europeos y como objetivos se marcan: la descarbonización del parque inmobiliario europeo actual, promover trabajos de renovación rentables, introducir indicadores de inteligencia para los edificios, simplificar las inspecciones de los sistemas de calefacción y aire acondicionado, y fomentar la electromovilidad mediante la creación de plazas de aparcamiento para vehículos eléctricos.
El siguiente paso es que, tras la aprobación formal del Reglamento por parte del Consejo y del Parlamento, la Directiva sea publicada en el Diario Oficial de la UE y entre en vigor 20 días más tarde. El periodo de trasposición de este acto legislativo es de 20 meses. De esta manera, la Unión Europea trabaja en la consecución de sus objetivos de eficiencia energética para 2020 y 2030.
En líneas generales podemos decir que vamos por el buen camino, hacia una concienciación por el «menor consumo» energético. El ciudadano de a pie no debe olvidar, además, que una sociedad establecida en torno a una mayor eficiencia energética tiene efecto en el ahorro del consumo y, por ende, en el bolsillo. La clasificación de eficiencia energética de un edificio va desde la “A”, la más alta (supone gastar hasta 10 veces menos) y la “G”, la más baja (con un mayor consumo de energía y más gasto que la media). Actualmente, en España la mayoría de edificios tienen una calificación E, F o G.
Fuente informativa: CiC Construcción.